martes, 20 de septiembre de 2011

Poema 30: En Jesús

La huella que dejó tu paso,
la palabra que se asentó en la tinta,
la verdad que ilumina el tiempo,
me guían a ti.

Te busco a través del espejo del agua,
te encuentro renaciendo en mí,
gobernando la Iglesia,
creciendo con esa fuerza que alimenta la fe.

Tu poder se multiplica y se concentra
en la vida perdurable,
mientras se arma el ejército invisible
que vencerá al mal en la batalla.

¿De dónde viene la música celestial?
Los corceles del viento cabalgan agitados,
señal del tiempo que se acaba, y del final
de todo este mundo conocido, pero cruel.

Y terminarán los terrores,
y entonces, el aire se llenará de aromas y canto
en esa ciudad sin puertas ni controles,
Ciudad de Dios y del amor que nos sustenta.

Sin huellas de heridas de cruz
sino con sello de poder eterno,
se encuentra el que preparó los aposentos
en esa ciudad de eterna luz.