martes, 29 de marzo de 2011

Poema 25

Poema 25

Obedezca mi alma a Dios
y mis palabras sigan sus su Palabra,
porque feliz es el que alcanza misericordia,
y gozosa la Iglesia que su Espíritu guía.

Sigamos al Rey con antorcha encendida,
sigamos al Rey por camino de luz.
Toda la ley de Dios es vida,
y sus testimonios son mi alegría.

Rey de reyes, Señor de señores,
nuestro adalid es él.
Espada de dos filos nos ha dado,
nos conduce a la victoria verdadera.

Triunfo contra el mal proclama
aquel a quien ama mi alma,
ante él se inclina todo hombre,
y Jesús, Hijo de Dios, se llama.

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