Dame las palabras precisas,
esas que en Jesús reflejan luz,
úsame a mí, llévame a tí.
Jesús enseña con paciencia
cosas que no sabe la ciencia,
y en la vivencia de sus testimonios
nuestra vida rompe sus cadenas,
sus condenas.
¿Quién habitará en tu amor?
Blanquea mi alma
para que sin inquietud, con calma,
me presente ante el Señor.
A Dios me debo y a él voy,
donde el tiempo pierde su importancia,
alcanzada la promesa,
revelada la palabra,
con la dicha de saber quien soy.
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