sábado, 4 de junio de 2011

POEMA 26

Cualquier tiempo es bueno para acercarme a ti;
en todo momento me haces falta.
Siempre estás cerca,
puedes escucharnos a la vez a mí, y a todos.

En todo tiempo nuestro corazón debe estar abierto,
y nuestros sentidos atentos;
porque de lo contrario,
¿cómo sabremos si nos hablas?

No basta con leer, memorizar o testificar,
hay que ejercitar el amor como Dios nos ha enseñado;
no basta hacer las cosas por rutina, obediencia o disciplina;
porque Dios nos ama apasionadamente,
apasionadamente debemos ser suyos.

¡Oh Jesús! Enséñame a entregarme a nuestro Dios y amarlo;
amarte, amar la humanidad
y toda la creación.
Aumenta mi fe.

Tu Palabra eternamente justa sea fortaleza de mi esperanza;
tu consejo, siempre verdadero y oportuno,
jamás se aparte de mí.
Tú, Jesucristo, serás y ya eres,
y desde el siglo y hasta el siglo fuiste
la Roca en que encuentro sustento y protección.

Bienaventurados todos los que abren su corazón al Hijo,
y le dejan entrar en él,
y Él entra y los limpia de pecado,
pues se hacen dignos de salvación.

Gloria al Hijo, loor al Padre,
Y a nosotros paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario