domingo, 8 de agosto de 2010

POEMA 10

Me sacaste de los espacios de oropel,
me alejaste de las aureolas engañosas,
acercaste a mí la salvación,
desde el instante en que entraste a mi vida.

La estridencia del mundo ya no es mía,
la música de tus palabras me da alegría;
cuando al cielo alzo la mirada,
me das fuerza, y nada me intimida.

Ya no soy como era antes,
me diste aliento, una esperanza,
y otra vida.
Hoy mi alma es libre como el viento
porque encuentra en tí el buen sustento.

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