Luz que cambia de colores
el paisaje de la vida,
luz que nombra cada cosa
con palabras escondidas.
Tu tiempo, que no es mi tiempo,
está corriendo conmigo,
y con el correr del tiempo,
te has vuelto mi eterno amigo.
En mis labios, como un beso,
tus palabras son caricias;
regálame espejos de luz,
que reflejen en mí, tu vida.
Bajemos la cuesta juntos
o subamos la colina:
yo a tu lado,
y tú, en mi vida.
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